La próxima vez que estés por juzgar una persona, recuerda:
Qué cambiaría si juzgaramos menos?
Somos “máquinas” poderosas de emitir juicios…hacia a nosotros mismos y hacia a los demás. Y que son los juicios?
Los juicios son MUY DISTINTOS de los hechos (concretos e irrefutables). Un juicio es más poderoso que una opinión; en una afirmación con pinta de “sentencia” o “verdad” basada en una percepción o interpretación tuya. Es dar por sentado algo sin tener hechos concretos para sostenerlo. Un juicio es subjetivo y pertenece a cada persona.
Ahora, que pasa cuando sin darte cuenta emites juicios con frecuencia sobre tu entorno y los que hacen parte del mismo? Te cierran o te abren puertas? Te aportan o te pesan? Te permites o rechazas conocer la verdad completa sobre los demás? Logras ver las cosas de manera objetiva y completa o subjetiva y parcial?
Antes de juzgar, recuerdes de “filtrar” lo pensando entre hechos y juicios. Además, ten en cuenta que lo que “vemos” y “conocemos” de muchas personas es solamente un pedacito de una historia larga, de experiencias variadas y de realidades muchas veces muy distintas de las tuyas.
Cómo te sientes cuando te juzgan?